Ambas disciplinas son muy importantes para la rehabilitación física y solucionan dolencias de distintas partes del cuerpo, pero están especializadas en el tratamiento de patologías diferentes.

Pero, aunque a menudo son consideradas erróneamente como sinónimos, la formación de cada una es diferente y los problemas de salud que tratan, también. Es por esto que en esta ocasión centraremos el artículo en las principales diferencias entre un fisioterapeuta y un quiropráctico.

Comenzando por la definición de ambas especialidades, la fisioterapia es una disciplina englobada dentro de las ciencias de la salud que consiste en la aplicación de terapias tanto manuales como físicas para diagnosticar, prevenir y tratar dolencias de los músculos, ligamentos, articulaciones, tendones y huesos. Es una ciencia de carácter multidisciplinar, ya que se relaciona con campos como la traumatología, la neurología, la dermatología, la cardiología e incluso la salud mental.

Por otro lado, la quiropráctica es una disciplina propia englobada dentro de las ciencias de la salud, cuya especialidad es detectar, analizar y corregir los problemas que pueden existir en la columna vertebral. Se centra en el arreglo de las subluxaciones vertebrales, que son alteraciones en la alineación de una o más vértebras, y en las molestias que pueda generar esto en cualquier otra parte del cuerpo.

Entonces, ¿en qué se diferencian la fisioterapia y la quiropráctica, además de en la definición?

Primeramente, la formación es diferente porque, como indican sus respectivas definiciones, son dos disciplinas diferentes. Es por ello que, como también indicamos anteriormente, se centran en estructuras distintas. Además, el quiropráctico no trata síntomas, a diferencia del fisioterapeuta, quien detecta problemas en cualquier parte del sistema intermuscular y, dependiendo de los síntomas que vea, aplica unas terapias u otras. El quiropráctico, por otra parte, va directamente a buscar cualquier desajuste en la columna vertebral para corregirlo.

Como cuarta diferencia, el fisioterapeuta no aborda problemas neurológicos, ya que el impacto de las dolencias del aparato locomotor a nivel neurológico es bajo. Pero la quiropráctica, al centrarse en el sistema nervioso central, sí impacta en este nivel, puesto que mediante las correlaciones de las vértebras se busca mejorar la salud de toda la fisiología.

Como conclusión, la quiropráctica se dedica a curar, pues con sus famosos “crujidos”, subsana las desviaciones en la columna vertebral, resolviendo así el problema del paciente. La fisioterapia, en cambio, al abordar directamente el músculo, ligamento, tendón, hueso o articulación dañado, puede, además de curar la lesión, prevenir que esta vuelva a suceder.